AC03 GESTIÓN INTEGRAL DEL TRANSPORTE PÚBLICO

Objetivo

Desarrollar una integración real tanto física como en la gestión de los diferentes tipos de transporte público: tren, autobús, taxi. Esto, unido a las medidas que favorezcan la intermodalidad entre este transporte público y los viajes en bicicleta o a pie, favorecerá la competitividad de estos modos sobre el vehículo privado.

¿Por qué?

La decisión personal de qué modo de transporte usar en cada viaje en general se basa en aspectos objetivos como el tiempo de viaje o la disponibilidad de aparcamiento en destino. Pero también en apreciaciones subjetivas, como la percepción del tiempo de espera en una parada de bus, la incomodidad, el atractivo o la percepción social de un modo respecto a otro.

Los intentos para convencer a los usuarios de utilizar el transporte público, u otros modos sostenibles, choca frontalmente con:
• La ingente cantidad de dinero invertido en mejorar las infraestructuras para el uso del vehículo privado, siempre en detrimento de los demás modos.
• La falta de fiabilidad y comodidad de las líneas de transporte público, que se han ido abandonando en detrimento del vehículo privado.
• La falta de integración de las líneas de transporte público con otros modos (sostenibles o no).

La integración de los diferentes tipos de transporte público tendría los siguientes beneficios:
• Aumentaría la fiabilidad de la cadena de transporte.
• Permitiría saber con antelación el tiempo total de viaje.
• Ofrece un modo de transporte ideal para cada tipo de viaje.
• Reduce la congestión al reducir los viajes en vehículo privado.
• Aumenta el radio de viajes en bicicleta o a pie (combinados con otros modos).
• Se refuerza la dimensión social del transporte público.

Si pensamos que en el mismo espacio y tiempo se pueden transportar 2 personas en automóvil, 12 personas en bicicleta y 9 personas en autobús, podemos ver las ventajas de lograr un transporte integrado más eficiente.

¿Cómo?

Dependiendo de los modos de transporte disponibles en cada ciudad, se pueden tomar diferentes medidas. En una ciudad tipo española en la que exista tren, autobús y taxi, se podrían adoptar las siguientes:

• Billete único: Un solo billete es válido para todos los transportes públicos, de forma que el transbordo entre ellos sea gratuito.
• Información en tiempo real: Instalar paneles en las paradas con información de la situación de los buses, retrasos, etc. La misma información, así como avisos, debería estar disponible en una aplicación móvil.
• Planificador de rutas: Desarrollar una aplicación móvil que permita planificar un viaje entre dos puntos en diferentes modos.
• Prioridad en semáforos: Mediante detectores GPS o a demanda, los semáforos deberán cambiar para dar prioridad a los autobuses.
• Instalaciones que permita la intermodalidad efectiva: Instalaciones seguras para guardar bicicletas en estaciones de tren y autobuses. Guardabicis en paradas de buses seleccionadas, de forma que las bicicletas sirvan de sistema de alimentación de los buses, etc.
• Instalar soportes para bicicletas en los taxis y autobuses, como mínimo, en líneas que sirvan a centros de atracción de viajes cuyo acceso suponga hacer un trayecto con fuertes pendientes.

A la hora de calcular la reducción de emisiones por el cambio de modo de transporte se deberán emplear los mejores factores de emisión disponibles en el momento en función de los modos a evaluar. Para una primera aproximación se pueden emplear los siguientes:

Se pueden ver datos más recientes en: The climate change mitigation effects of daily active travel in cities – ScienceDirect

Integración de bicicletas en el tren en Dinamarca. Fuente: ECF

Soportes de bicicletas en taxis. Fuente: Copenhagenize.com